Ir más rápido nunca será sinónimo de ir mejor.
Claro está que podrás llegar antes. Si a términos temporales nos referimos todo serán ventajas. Pero ¿Como llegará el coche a su destino? ¿Habrá perdido algún tornillo por el camino? ¿Se habrán dañado los guardabarros? Quizás hubiera sido mejor ir más despacio o habérselo tomado con más calma y haber planificado como sería el trayecto para que en el caso de existir algún obstáculo en el camino haber sabido subsanar adecuadamente el problema. Cierto es que tardarás mucho más tiempo. Eso sí que es indiscutible. Pero porque no te paras a pensar que, aunque necesites llegar lo antes posible tu ansia de velocidad puede resultar contraproducente .
Tu hija, que se llama Democracia, se ha caído desde una altura considerable y sangra por todas partes. Cuando te encuentras esta situación en lo primero que piensas es en llevarla lo más rápido posible al hospital más cercano, sea cual sea éste. Arrancas el coche con tu hija dentro y aceleras lo máximo posible para que puedan parar cuanto antes las hemorragias de Derechos y Libertades que le hacen perder ese líquido rojo llamado Dignidad por todos los lados.
Perdóname que ahora, en una situación tan crítica y desesperada, te moleste y te diga : Ya sé que tu hija se haya en una situación grave ¿ Pero no crees que sería mejor si fueras más lento? Indiscutible es que tu hija sangraría más. Que el dolor sería más intenso y duradero. Pero que te parece si, dentro de una rapidez considerable, moderamos un poco nuestra velocidad. No te pido que vayas tan lento, recuerda que al igual que tú, lo único que quiero es que tu hija se mejore. Pero quisiera recordarte que a lo mejor mientras os encontráis camino al hospital puedes tener un accidente. Una colisión que acabaría con tu inocente hija, pero también contigo. ¿Que precio pagarías por llegar antes al hospital para que solamente venden a tu hija? Ella no sufriría tanto, y claro está que tú tampoco. Pero las posibilidades de tener un fatídico accidente serían mucho mayores y a tu hija solamente le pararían la hemorragia, le colocarían muchas vendas, agua y reposo.
Muchos son los riesgos que corres. También debo recordar que puedes atropellar a algún peatón que se encuentre paseando por la calle y que no merece que le pase nada malo. También puedes chocarte contra otro vehículo y además de morir tú y tu dulce pequeña, morirían además los ocupantes de otro coche. También, también, también... Innumerables son los riesgos que presenta la velocidad. Aunque esto tampoco es motivo para ir lento. Lo que has de pensar, mi muy estimado conductor, es que nunca debes de dejar de ir rápido. Pero que el sobrepasar el límite de velocidad puede resultar aún peor. Y si teníamos un herido, podemos tener infinidad de perjudicados más.
Con esto solo quiero recordarte que por muy grave, crítica y desesperada que pueda llegar a ser la situación NUNCA has de perder la calma y que debes pensar y reflexionar, muy rápidamente, cuales serán los riesgos que tendrás si decides apretar el acelerador.
marabilloso aunk cn tnto knvio de veolosidad meliao
ResponderEliminarHola Iván.
ResponderEliminarSoy Jesús.
Me han mandado de deberes que busque un blog de alumno y he pensado en el tuyo. Después de leer unas cuantas de tus entradas me parece que no me van a creer cuando lo enseñe.
Me parecen impresionantes. Unos me gustan y otros no tanto, pero alucino con tu capacidad para expresarte.
Felicidades y espero que sigas tan crítico.
Un abrazo