lunes, 4 de noviembre de 2013

Renovarse o morir

Creo que fue aquel, y que me perdone el viejo malhumorado de Winston Churchill el que dijo que un político piensa únicamente en la próxima elección mientras que un verdadero estadista piensa en la próxima generación. Bien, no digo que sea así, pero de tener razón mi amigo Winston... Estamos algo escasos de Estadistas. Pero no solo de estadistas, esta tampoco es la cuestión. Andamos escasos de voluntades fuertes.

Admitámoslo, y lo digo yo que todavía tengo las fuerzas que derivan de la juventud para poder decirlo: Todo es fuerza de voluntad. De nunca rendirse. Tenía razón Ortega y Gasset cuando dijo”Yo soy yo y mis circunstancias” pero en mi opinión se le olvido añadir:”Yo soy yo y mis circunstancias y mi voluntad de cambiarlas”. A dónde quiero llegar con todo este rodeo es a que los estadistas, los políticos de verdad, los verdaderos ciudadanos que quieren entregar su causa a la sociedad están ahí. El problema es que o bien se esconden o bien alguno no permite que su voz se escuche muy alto, no vaya a ser que alguien les preste atención... Sí algo cabe destacar y en mi opinión para mal de la política española es que el tradicionalismo de su estirpe convierte a los partidos en órganos inoperantes, lentos e irreaccionarios donde todavía más que el clientelismo y el enchufe; abundan las canas. No estoy diciendo que no se les debe hacer caso a nuestros mayores. Desde luego que no. Lo que digo es que se les debe escuchar muy bien, para saber si siguen queriendo ser estadistas y mirar hacía el futuro o se han convertido en un verdadero lastre para los que están empezando y dificultan el funcionamiento de las estructuras sociales más importantes que tenemos; Los Partidos Políticos.

¿Cuantos políticos de primera línea tenemos a los que todavía no les han salido canas? La Política necesita una completa y exhaustiva renovación. Tenemos que empezar a ser conscientes de que cuando una etapa se acaba hay que cerrarla para siempre. Cerrarla bien, eso sí; pero para siempre. El caso que más se ve es el de aquel o aquella que ha agotado dos mandatos y no ha resultado reelegido para un tercero. Vemos todos los días como esta clase de personas salen demostrando sus intenciones de regresar a por el cuarto. Y es justo ahí cuando es debe ponerse en marcha la maquinaria que pone de verdad en funcionamiento a los partidos políticos. La vida son chispazos, la política fuego y la gente se quema muy fácilmente. Quemarse no es algo raro, es algo que hace el tiempo y que por tanto antes o después nos pasará a todos. Pero podemos asumirlo de dos maneras: la una es la que quiere seguir siendo estadista y apoyando, pero en este caso desde la barrera, a los que han llegado nuevos; La otra es la que oxida la política, la que la llena de canas y de personajes que aunque en su día tuvieron buenas intenciones acaban resultando un verdadero obstáculo para el progreso de la sociedad. Por eso, y esto es lo que considero principal y urgente: La política no se renovará si no desaparecen las canas de la escena pública. Ya sé que no tiene porqué ser necesario esto. Pero tal y como está la política española urge llevar esta profunda renovación a cabo. Y cuanto antes.

Hay que darle muchas vueltas a la cazuela, raspar bien los bordes y rehogar con fuerza el fondo; sobre todo el fondo para que todo quede bien limpio. Porque, y será causalidad que acaba de pasar el día de los muertos, lo que tenemos que evitar por encima de todo es que los ya de por sí anticuados Partidos se conviertan en lo que se están convirtiendo: En un Cementerio de Cadáveres Políticos. Por favor, no se asusten por la terminología porque me parece que es la adecuada para la lamentable realidad que nos ocupa. Por eso ha de salir la juventud. Por eso han de alzarse los que están llamados a ser los nuevos estadistas, o al menos políticos... de esta nueva época. Porque al menos así, serán otros. Porque los partidos políticos tienen que recular un poco antes de decidirse por la continuidad antes que por la renovación.


Ya está, se acabó. Si estrenamos nueva flota, necesitamos nuevos capitanes y capitanas. Pero si no se escucha y no se toma en serio a estos nuevos comandantes, y si los ahora ex-gerentes de la nave no les dejan realizar su labor a gusto. Nos vemos en el fondo del océano...

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