lunes, 1 de octubre de 2012

Ojos ciegos

El tiempo que llevo sin escribir lo he dedicado entre otras cosas ha observar estupefacto, la poca consciencia social que tienen la mayoría de los ciudadanos españoles. Digo mayoría por una sencilla razón, mayoría absoluta sé que me entienden...
No entiendo como hacen oídos sordos en todo momento a lo que ocurre. No sé cual es la manera de aislarse tan fuertemente de la realidad, como consiguen hacer ellos. Pero lo que sí sé; Es como existe una contundente e importante parte de la ciudadanía española que rebosa sufrimiento. Que suda gotas de esfuerzo. Personas a las que se les niega si quieras algunas de sus necesidades básicas. Gente que tiene muy poco, cada vez menos o incluso nada.
Gente, adultos, ancianos, inocentes niños; A los que aquellos que solo, por tener cubiertas satisfactoriamente  sus necesidades básicas, dan la espalda. Se niegan a mirar a los ojos. No piensan en lo que lloran.
Hacen como si no existieran, como si no estuvieran ahí.
Pero ellos están.
Lo que mi modesto y reducido intelecto no consigue entender, es como pueden existir personas que estén contra ellos. Diréis todos, no, como vamos a estar contra ellos. Pues muy fácil. No estáis contra ellos, es cierto; Pero lo que también es cierto es que estáis con vosotros y solo con vosotros. Eso, en este caso es lo mismo que estar contra ellos.
Pero para que no desprestigies mi relato, voy a trasladarlo a la práctica. Tú, no solo piensas en ti, también piensas en los tuyos, y el candidato que más os beneficiaria a todos es el de un partido, al que llamaremos PP. Otorgas tu voto a este partido, porque los otros o te producen dudas por sus actuaciones cuando han estado en el gobierno o bien no son de tu ideología político-social.
Después el partido al que has votado gana y gobierna, mintiendo en todo lo que hace. Diciendo que es necesario y provechoso hacer, todo lo que antes critico con dureza. Llevando a cabo una serie de políticas, que lo que hacen, es acentuar más la cúspide de la pirámide económico-social, haciendo más grande la parte de abajo.
Ahora llegas Tú. Lees esto y opinas que este es otro de esos textos de uno que se cree librepensador, que ama la igualdad y los derechos y que no tiene idea de nada y al cual le mueven ciegamente sus convicciones políticas, como siempre de izquierdas. Que este hombre, quiere que votes a otro partido y que dejes de votar al tuyo solo porque a el no le gusta.
Querido y muy estimado Tú, solamente te voy a contestar lo siguiente. Sí y No.
Como bien habrás deducido, la primera parte es cierta. Pero a mi no me interesa que votes a ese o esos otros partidos que son de mi tendencia política.
A mí lo que me importa, es que dejes de estar engañado. Que puedas ver la realidad.
Que no des tu votos inconscientemente corrompido por el engaño.
Quiero que sepas lo que pasa. Que te des cuenta de la realidad. Que votes ya sin tu ceguera y tu sordera.
Que votes a quien quieras.
Pero que participes en la democracia LIBRE.


Les informa el Señor X.






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